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/*Barra Menú xs*/?> >El sector porcino de capa blanca español es uno de los mejores posicionados y preparados para contribuir a la reducción la brecha de género en España, tanto por su envergadura económica y social, como por su capacidad de adaptación y a todo tipo de escenarios.
En lo que se refiere a su envergadura económica y social, el sector porcino de capa blanca opera en todas las regiones españolas y proporciona empleo a más de 427.000 de miles de pueblos de nuestra geografía y muy especialmente en los municipios rurales de menos de 5.000 habitantes. El 25% de ese número de empleos, cerca de 107.000, lo ocupan mujeres, lo que pone de manifiesto la importancia de este colectivo para la actividad porcina.
Por su parte, el empleo directo femenino total del sector porcino alcanza en torno a las 65.000 trabajadoras: 31.450 en la producción primaria (un 39% del empleo total); 30.926 empleos en industrias cárnicas (un 45% del total); y 2.620 empleos en cooperativas y empresas integradoras de porcino (un 46% del total).
Además, es importante tener en cuenta que cerca de 30.000 mujeres del sector porcino trabajan en municipios de menos de 5.000 habitantes por lo que su dedicación es garantía de futuro para el sector primario y para las zonas rurales de la ‘España Vaciada’, a las que dotan de vida y dinamismo.
En cuanto al segundo punto, la capacidad de adaptación, tenemos la prueba en los últimos meses, en los que el sector se ha adaptado de forma excepcional al impacto de la pandemia provocada por la COVID-19, mantenido su proceso de crecimiento a pesar de las circunstancias.
Todo ello da cuenta del importante papel del sector porcino para la puesta en práctica de iniciativas y proyectos destinados a luchar contra la brecha de género como la potenciación del asociacionismo y la representatividad del colectivo femenino en el medio rural en el que opera el sector porcino, así como proyectos destinados a impulsar la presencia femenina en los órganos de representación, decisión y gestión del sector y del medio rural.
Asimismo, el sector trabaja en iniciativas destinadas a suprimir las barreras entre géneros en temas como la conciliación, corresponsabilidad, igualdad de oportunidades, servicios sociales asistenciales, etc.
Además, dedica importantes recursos a programas de formación, cualificación y especialización de mujeres en las diferentes áreas de actividad del sector porcino integrantes de la cadena alimentaria sectorial, con especial atención a la formación y especialización de mujeres jóvenes del medio rural en el que opera; y colabora en proyectos de incorporación de mujeres jóvenes a iniciativas de emprendimiento relacionadas con la actividad del sector porcino.
Con todo, es necesario seguir dando visibilidad al trabajo que realizan y seguir impulsando su incorporación a los órganos de decisión y representación, tanto en el ámbito de la producción como en el industrial agroalimentario o el corporativo y es fundamental seguir promoviendo todas estas iniciativas para terminar por eliminar las barreras que dificultan la reducción de la brecha de género.
En la foto, Sara, cuidante de granja de Gepork.