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/*Barra Menú xs*/?> >El estrés en cerdos, que se refiere a la respuesta biológica de un individuo a un cambio ambiental, puede amenazar su bienestar animal y comprometer la productividad de una granja.
El grado en que el estrés afecta el bienestar y la productividad de los animales, depende de la fuerza del factor estresante y de la resistencia del animal al estímulo estresante.
La respuesta de un individuo a un factor estresante está influenciada por la experiencia previa del animal con el estrés y, por lo tanto, la edad y/o la experiencia pueden afectar la resistencia al estrés.
En los sistemas de producción animal donde las prácticas de cría y alojamiento implican un buen contacto humano cercano, esa interacción de naturaleza positiva puede facilitar la resistencia al estrés.
Diferentes estudios revelan que el manejo positivo previo al transporte, redujo la frecuencia cardíaca en terneros durante el transporte y el sacrificio, también las patadas y el comportamiento inquieto en las vacas lecheras durante la palpación rectal.
Realizar “caricias” en las primeras dos semanas de vida generó un mayor aumento de peso diario en los terneros desde el nacimiento hasta el destete.
Además, los movimientos y caricias lentos durante la manipulación mejoraron las tasas de fertilidad en las gallinas y la expresión del cuidado materno en las cabras lecheras en el posparto.
Estos estudios demuestran que una buena relación entre las personas que trabajan en las granjas porcinas con los ejemplares, puede contribuir a obtener mejores resultados productivos y reproductivos, a partir de la reducción del estrés en cerdos.
Mejor trato recibido por cerdos, mejores resultados
A esos estudios se refirió la ingeniera zootecnista Verónica Rocha, docente de la Cátedra de Porcinotecnia de la Fauba y Universidad Nacional de Lomas de Zamora, en diálogo con El ABC Rural,.
“No solo existe aval de la comunidad científica sobre la mejora en los índices reproductivos y productivos de los cerdos a partir de un buen trato humano diario, sino que es algo que el productor tiene que tener presente, porque brinda condiciones muy positivas en su relación con los ejemplares”, expresó Rocha.
“El productor sabe que cuanto mejor sea el trato recibido por los cerdos, mejores serán sus resultados, y su trabajo cotidiano se verá afectado de manera positiva”, apuntó.
Sobre los trabajos realizados, la entrevistada informó que en 1986 se estudió cómo afectaba la manipulación realizada a los cerdos sobre el comportamiento, crecimiento y morfología de las glándulas suprarrenales (incrementado: estrés crónico) de los cerdos.
“Los que recibieron un tratamiento mínimo o positivo, tuvieron mejor ganancia de peso y solo el tratamiento aversivo indicó un crónico estrés en cerdos”, destacó.
Asimismo, Rocha indicó que estudios realizados en 2003 develaron que la limitación de la producción y el bienestar de los animales están dados por el nivel de estrés producido por altos niveles de miedo.
“El mismo autor, señaló en otro trabajo un mayor número de primíparas preñadas, una menor edad al primer servicio y un menor tiempo de interacción con las personas”, remarcó.
En tanto, la entrevistada dijo que en 2021 otros investigadores llevaron adelante un estudio donde se hizo hincapié en la posible correlación entre las actitudes de los productores y las reacciones de los cerdos hacia los humanos, prácticas de manejo, salud de los animales, bienestar y productividad.
“Concluyeron que los productores que mejores resultados obtenían (cerdas que producen y destetan más lechones) eran aquellos para los que el animal ocupaba un lugar importante en la granja, expresaban el mayor placer al trabajar con ellos y le transmitían empatía”, afirmó la especialista.